La obsesión por el exceso de información

Que vivimos en un mundo donde el exceso de información está a la orden del día es algo sabido por todos. Es más, también somos cada vez más conscientes que esta cantidad abrumadora de libros, artículos, páginas, noticias y otras fuentes sólo hacen que contribuir a una desinformación y confusión absolutas. Encima, la sociedad occidental nos empuja a tener un estatus de cultura y conocimiento para, supuestamente, estar a la altura de nuestros coetáneos y sentir que somos parte de las personas que “conocen” algo de verdad. Y ante este hecho tan abrumador, ¿qué podemos hacer?

Si nos dirigimos a Google y tecleamos cualquier tema esotérico de nuestro interés, nos faltarían años de vida para leer toda la información que se nos ofrece. Debemos tener claro, ante todo este dilema contemporáneo, que lo más limitado y valioso que nos pertenece es nuestro tiempo. Las horas de vida y de experimentación que tenemos en esta realidad son limitadas, por lo que escoger sabiamente qué es lo que haremos con ellas supone la diferencia entre una vida plena y una que no nos satisface. Ante esta verdad, queda claro que digerir información como si nos fuera la vida en ello no parece una actividad muy feliz, y más si tenemos en cuenta que el objetivo de cualquier aprendizaje mágico es la ejecución del conocimiento y la experimentación.

En este momento, rompo una lanza por los buenos profesores y maestros, aquellos que dedican su tiempo a enseñar verazmente y ahorran un tiempo de búsqueda enorme a sus alumnos. Muchos me preguntan el valor de enseñar algo que pueden encontrar en muchos libros y otras fuentes. Creo, sinceramente, que el trabajo de aprendizaje, interiorización, criba y vivencia de toda esa información permite que cuando un alumno reciba todo eso pueda centrarse en el proceso más importante de todos, la vivencia. Y creo que en un mundo tan materialista y elitista como el nuestro no se valora algo tan importante como eso, sobre todo porque nos han vendido una fantasía absurda de la persona que se hace a sí misma sin necesitar nada de los demás.

Es en la vivencia donde realmente entendemos y comprendemos aquellos que estudiamos, y más si realmente es un tema mágico o esotérico. La experimentación nos conduce a vivir esas verdades que se esconden tras todos los símbolos y prácticas. Nos permiten entender de corazón porqué determinadas cosas se hacen de determinadas maneras. Nos hacen entender de verdad el porqué de nuestro camino espiritual y nos permiten avanzar incluso cuando todo está oscuro y nada parece tener sentido.

Para luchar contra esta obsesión por aprender, debemos ejercitar la sana costumbre de practicar. De nada sirve tener un millón de libros si luego no vamos a actuar y dejar de un lado el miedo y las dudas que, por cierto, se alimentan en gran parte por ese exceso de información que nos hace creernos ignorantes y débiles en todo momento. Si una fuente parece de fiar, la mejor manera de saber si realmente es útil y tiene un trasfondo espiritual es llevando sus ejercicios a cabo. Tenemos que perder el miedo a actuar y tener más fe en aquello a lo que le dedicamos nuestra vida, porque sino de otra manera lo único que nos quedará será una biblioteca llena de conocimientos, pero una vida vacía de experiencias que los corroboren.

Desde aquí os animamos a dejar de tener miedo al acto, a que sea vuestra experiencia la que os dicte más allá de mil libros. Obviamente tenemos que saber de quién aprendemos, pero también tenemos que saber que sólo la práctica hace la maestría.

2 comentarios

  • Muy buen artículo, parece una obviedad pero a veces es necesario este recordatorios. A medida que me fui adentrando en el estudio del ocultismo y la brujeria en vez de reforzar mi conexión con la naturaleza y mis practicas, ocurrió todo lo contrario, tal como describe el artículo, sentir que hay tanta información que desconozco me volvió muy insegura e incluso me hizo pensar que no debía practicar aun por tener conocimientos insuficientes, y aprender es algo que hacemos durante toda la vida, no se llega a un final, así que leer esto en este momento me recordó que hay cosas que si puedo hacer con los conocimientos que tengo, y me renovó un poco la confianza para además de aprender leyendo, hacerlo también practicando. Gracias y saludos desde Argentina

    Victoria
  • Muy buen artículo, parece una obviedad pero a veces es necesario este recordatorio. A medida que me fui adentrando en el estudio del ocultismo y la brujeria en vez de reforzar mi conexión con la naturaleza y mis practicas, ocurrió todo lo contrario, tal como como describen en el articulo, empece a ver que había tantas cosas que desconocía que perdí la confianza a la hora de pasar a la acción, así que me alegra haber leído esto justo en este momento para volver a poner énfasis en mis practicas con más confianza.

    Victoria

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